En la psiquiatría moderna, las drogas psicotrópicas se han convertido en las armas de elección. ¿Pero son tan seguras como se nos ha llevado a creer?

De hecho, las afirmaciones de los psiquiatras y empresas farmacéuticas sobre la seguridad de la droga psicotrópica, están muy lejos de la verdad.

Para empezar, las pruebas de seguridad las hacen principalmente las empresas farmacéuticas, no agencias gubernamentales ni laboratorios independientes; creando un obvio conflicto de intereses.

Los psiquiatras no tienen tampoco pruebas científicas de laboratorio para medir la mejora objetivamente, lo que les permite a los investigadores de drogas psiquiátricas que distorsionen los ensayos sobre fármacos a favor de la empresa farmacéutica.

Y hay muchas, muchas maneras de evitar hallazgos negativos o acentuar lo positivo.

Como lo resumió un experto en drogas: “se puede demostrar que la mayoría de los hallazgos de investigación son falsos”.

¿El resultado? Se han descubierto grandes cantidades de efectos negativos asociados con los fármacos psicotrópicos, incluyendo homicidio y suicidio.

Con este nivel de corrupción dominando el campo de las pruebas de las drogas psicotrópicas, se nos deja con la pregunta:

¿Dónde están aquellos a quienes se les confía nuestra protección?