LA TEC HA SIDO “MODERNIZADA”.
LA TORTURA NO.

La presión del público llegó a ser tan intensa que los psiquiatras necesitaban darle un cambio de imagen con relaciones públicas.

Lo primero llegó con un nombre nuevo... “terapia electroconvulsiva”. Para minimizar la protesta aún más, redujeron el barbárico procedimiento a tres letras: “T-E-C”. Luego combinaron la terapia con anestésicos y agentes paralizantes para ocultar las agitadas convulsiones y los gritos de sus pacientes.

La etapa final era comercializar la TEC como nueva y mejorada. No era ninguna de las dos. Aunque hizo que el procedimiento luciera más aceptable, era más peligroso que nunca. La anestesia y los fármacos paralizantes, de hecho, elevan el umbral convulsivo, lo cual hace que se requiera de mucha más electricidad para inducir una convulsión.

Ahora los psiquiatras atacan rutinariamente al cerebro con mucha más electricidad de la que se necesita para inducir una convulsión.

El resultado es el mismo: una convulsión de gran mal y daño cerebral que puede ser permanente. El enorme aumento de la corriente hoy en día puede hacer agujeros en las células cerebrales, lo cual mata a las células. La electricidad también puede matar a las células al generar calor. Las resonancias magnéticas realizadas en pacientes de la TEC han mostrado cicatrices y contracción cerebral; una prueba inequívoca de daños graves.

¿A CUÁNTAS LUCES DE UN ESTADIO SE LES PUEDE DAR ENERGÍA CON LA ELECTRICIDAD USADA EN UNA SESIÓN DE TEC? VE EL DOCUMENTAL Y AVERÍGUALO.
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Psiquiatría: enganchando tu mundo a los fármacos
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